sábado, 18 de noviembre de 2017

Momentos de reflexión - Por Eduardo Urbina Arredondo

Me preocupo muy poco de mi cuerpo lo he dejado en 2° plano... Soy feo y no ando tapando mi fealdad con un dedo, más bien me concentro en lo que mejor se hacer: vivir, soñar, crecer, aprender, enseñar, viajar, disfrutar... Amar.
Y mi cuerpo y la Belleza han pasado a otro plano, tal cual un drogadicto que solo se enfoca en fumar, robar y consumir.
Yo me concentro en disfrutar al máximo mi vida, con el cuerpo que me tocó, el corte de pelo básico, la barba descuidada, sin ir a un gimnasio, levantándome a la hora que estime, mojándome un poco el pelo y vamos comenzando una nueva aventura.
Por eso mi tiempo lo disfruto minuto a minuto.
Si me voy de este mundo pronto, que sea como ésta destinado. No salvándome por miedo a morir, si no que por miedo a dejar de vivir, ese es mi miedo más el no haber dejado lo que quiero. Ya si muero después de cumplir mis metas, me voy feliz.
Por eso no me fijo en casi los cambios de los demás, porque solo me importan mis cambios y mi vida. Por eso si me molestan yo ya sé que me siento así y me veo de tal forma, por lo tanto hago oídos sordos, me enojo y me alejo. Y sigo danzando por el universo con mi fealdad Como se dice.
Pero feliz de amarme como soy y mi intelecto ni en otras vidas lo tendrán, tal vez sí, pero siempre estará el recuerdo de que impacte en sus vidas para bien o para mal.
Me arrepiento claramente de haberme dejado como 3 opción, mi templo, el vehículo que transporta mi alma, mi ser, mi conciencia. Lo he dañado, me pide a gritos que le tome atención y yo el muy terco sigo sumido en intentar siquiera cambiar el mundo, ayudando a los demás, impactando en otras vidas, enseñando lo que he aprendido, haciendo más llevadero los días de quienes estimo. Pero ¿de qué sirve? Si el dolor lo llevo yo, si soy yo el que no puede dormir, soy yo el que se siente vacío, soy yo el que ya no estará…
Creado: 18 Noviembre 2017
Subido: 19 Noviembre 2017

No hay comentarios:

Publicar un comentario