martes, 28 de noviembre de 2017

El miedo a infectarnos de virus.

28 de Agosto 2017
Los ordenadores, celulares, computadores se pueden infectar de virus. No así el hardware lo que lo contiene, si no que el software.
Al igual que nosotros las personas, los virus no existen para nosotros. No nos podemos contagiar con virus, a menos que nosotros introduzcamos esa idea en nuestra mente, esos son los virus a mi parecer.
Un virus es una idea que te retiene a hacer algo que tú quieres. Por ejemplo tú puedes decir “Yo quiero escribir un libro”, pero tienes mil miedos en contra. Que dicen: con eso no ganaras dinero, no te harás rico, nadie va a tomar en cuenta tu libro, no te leerán, eres malo en eso. Si tu aceptas toda esa “Mierda”, todas esas ideas de los demás en tu cabeza. No lo harás nunca. Con lo cual habrán ganado los virus y te enfermaras, te enfermaras porque lo que tu ser quería Hacer, no lo hizo.
Y tampoco pudo obtener lo que haciendo esa acción conseguiría (Viajes, conferencias, autógrafos, fotografías, Fama, Dinero, Posición, más Conocimiento, aprender de sus aciertos y errores, etc.), porque se dejó llevar gracias a los virus-parásitos de los demás.
De las ideas…
Una idea es quizás lo más fácil de implantar en la mente de otra persona y la cosa que es más difícil de extirpar u anular.
A ti te pueden extirpar hasta un cáncer, destruirlo de raíz. Pero no así una idea de que eres feo, o cuando tu padre golpeaba a tu madre.
Tu puedes ganarle la batalla a un cáncer, ya sea con métodos alternativos, con quimio, cambiando los hábitos alimenticios, te puedes sanar. Tu mente crea tu realidad.
Pero en cambio sí a ti te implantaron una idea desde niño, algo así como que “los hombres son malos, porque tu papá me pegaba”, tu creces creyendo que eres malo, creciste con esa maldita idea. No así como un cáncer que quizás aparece sin previo aviso, producto de que en este cuerpo físico es normal que suceda, todos tenemos células cancerígenas dentro de nosotros, a algunos se les desarrolla en vida y a otros no. Pero con las ideas, no nacemos, nos las implantan, nuestras culturas, creencias, nuestros padres, etc.
Algo así como que tu madre no se quiso dar una oportunidad con nadie después, con tal de no dañarse más. Y tu creciste en ese ambiente de no experimentar el amor, de no tener pareja, de timidez, de no afeitarte, de sufrir bullyng por lo mismo, de creer que morirías solo, de confiar en esos primeros amores que solo te dañaron más y más y terminaste creyendo que estabas condenado a repetir el patrón de tu madre… el de tu abuela con un esposo que muere y la deja viuda con 5 niños, los que crio sola y tampoco conoció a hombre nuevo en su vida. Crees que eres de quien primero te abrió su corazón, pero al fin y al cabo te das cuenta que todos parten, que lo amoroso es lo más maravilloso y lo más doloroso. Y tienes miedo a que te dañen, las ideas y los patrones hacen eco en ti, con ello vienen todo lo demás, las enfermedades y la idea de que tienes cáncer… Todo por malditas ideas que aún siguen presentes y que debes de extirpar.
Ideas como de sentirte feo, inútil y desde niño ya te implantaron la idea de que por ser hombre tú eras malo, quizás no directamente, era en alusión a mi padre, a mi abuelo, etc. Pero creciste sabiendo que algún día serias mayor y quizás en tus genes estaban los patrones de ellos.
Pero tú eras un niño adorable, humilde, Inteligente, con súper buenas calificaciones, deportista, algo callado, observativo. Pero con un análisis crítico y sagaz, tu mente siempre ha ido a 1000 por hora, adelantándote a los hechos y como terminara si tomas A B o C de camino. Un líder en potencia.
Pero a pesar de yo creer eso, el mismo conducto de mi padre y que posiblemente yo sería igual que indirectamente yo entendí. Me llevo a caer en las drogas, a tomar alcohol cada fin de semana, luego casi todos los días antes y después de clases, me llevo a perder clases, a repetir primero medio, cuando yo Salí de octavo con el segundo lugar de la clase. Que quizás fue más por dinero que por calificaciones, pero desistí de luchar, preferí darle pie a la depresión…
Como ven por más que intente hablar en tercera persona, he llegado al punto que revelo que aquel niño soy yo… Se me hace imposible ocultar quien verdaderamente soy.
No supe entender a las mujeres, me creía un demonio en esta tierra, eso sentía. Nunca tuve un padre, un tío que me guiara o me dijera como hablar, que decir, que instruyera en cosas tan básicas como el sexo, el Amor. Cosas tan mínimas como afeitarse, como vestirse bien, modales. A lo cual me llevo a copiar modelos, quizás de las modas de esos entonces. Pero siempre busque implantar mi propio estilo y sello, sabía que era diferente. Aunque el entorno me decía que debía ser uno más.
Me vestía mal, creía que por andar con ropa de marca, me haría especial… Al contrario era uno más del rebaño.
Es curioso, pero mientras mandaba los audios, para luego traspasarlos a papel como ahora. Me han llamado muchas veces, de claro, amigos, me han llegado notificaciones, los audios se cancelan. Y debo volver a comenzar a hablar, lo bueno es que mi mente aun esta cuerda y puedo recordar casi todo lo dicho, pero es un verdadero infortunio que este grabando 3 o 4 minutos y se borren los audios. Tan solo por situaciones externas.
Quizás hay fuerzas que no quieren que enviara estos audios, tal vez hay algo más allá. Pero en todo el día no había recibido llamada de nadie, ni notificaciones. Y esto me emputece en cierta parte porque, no entiendo para que me quieren ahora, cuando yo ya no los necesito. Cuando necesite ayuda de todos los demás, no estuvieron.
Y ahora que soy libre y estoy dejando mi legado, mi huella. Insisten en llegar con sus problemas y demasíes. Ahora me acaba de llegar un mensaje… 103 Recuerda disfrutar de tu cuenta exacta… Blah blah blah… Bueno, continuare.
La idea de que te colocan en cabeza de que tú eres malo, también en el sentido de los deportes.
A muchos nos pasó que cuando niños veíamos con emoción como jugaban futbol a través del televisor. Y a ti te gustaba el futbol. Como hombre, era ese impulso natural de que al hombre le gusta correr detrás de una pelota, llámese así pero puede ser correr tras sus metas, su objetivo, tras una dama, tras su presa, correr a la batalla, ese impulso reptil que nos hace movernos tras algo y sentirnos cazadores… como lo fuimos.
También por la forma y lo simple que es un balón, ya que el cerebro del hombre es más básico. Es más reptil, no le gusta tanto lo armonioso, lo complicado. Las cosas redondas, cuadradas, triangulares, les hacen perder la cabeza literalmente.
En esta vida todo es geometría sagrada, es por ello que los logotipos más famosos, siempre encierran algo tras de sí, nada es al azar.
Así que desde niño crecí, viendo jugar al futbol, pero no me enseñaron.
Mi madre siempre me prohibió jugar con una pelota, en mi casa no tenia y si llegue a tenerlas, no tenía con quien jugar a la pelota. Quizás me prohibía por miedo a asociar el futbol con su pasado, tal vez hubo una pareja que le gustaba tomar e ir a jugar a la pelota. Entonces tenía ese estigma de que quienes juegan a la pelota, o son alcohólicos, malos o ambas cosas.
Me alejo de eso, me alejo de lo que quizás mi cuerpo anhelaba. Así comencé después a conocer más amistades, me hice hincha del Colo-Colo. Y posteriormente del club a mi parecer más grande del valle de Aconcagua: 28 DE MARZO.
Comencé a ir a ver los partidos de ellos, con lo cual aumentaron mis ganas de jugar. Ya estaba un poco más grande, pero como no se me enseño. Solo aprendí con mis compañeros de colegio, mis pocos amigos en la calle, etc. Era malísimo, no podía dominar un balón, ni con un solo pie, no sabía pegarle con la rodilla, cuando me lanzaban un balón por el aire cerraba los ojos y lo esquivaba muchas veces. Y así muchos factores.
Yo veía que mis amigos jugaban, que sus padres los alentaban a correr, eran buenos. Y hubo un tiempo en que me decidí jugar. Mi primer partido oficial, ya tenía edad de 17 años, toda mi vida, había anhelado ese momento y con la edad que tenía, pude jugar en infantiles… eran solo niños los del otro equipo y el mío. Y en ese partido siento que las hice todas, ya que jugué al arco, luego de defensa, rotaba posiciones, corría toda la cancha. Jugué de central y delantero. En muchas jugadas no recibía el balón, corría esperando un pase y los pequeños la perdían, así que tenía que volver a defender y viceversa. Me comí la cancha como se dice.
Yo tenía ese ímpetu de correr tras el balón… Escuchaba que decían “Mira el weon grande jugando, el tonto loco” pero yo sentía que era lo que más anhelaba y pude debutar.
Después de eso que perdimos al final el partido.
Luego jugo la tercera y venia el turno de la segunda… Primer tiempo termina y vamos perdiendo 3 a 1, me piden para que entre de reemplazo. Me decidí a jugar.
Y acá en mi emoción de demostrarme a mí mismo que podía jugar en una categoría más alta, hice ingreso.
… Otra vez me acaba de llegar un mensaje de claro, me mataron la idea, la inspiración…
Prosigo. La idea de ser futbolista ese día quedo cementada, ya que al ingresar a jugar en 2, sin haber jugado con esos compañeros. A pesar de todo tuve la opción de marcar un gol, pero pensé: Si pateo y se me va… esos miedos hicieron eco en mí. Por inseguridad di el pase al lado y él le pego y se le fue. Se las lanzo a las manos del portero.
Me reclamaba que porque le di el pase, que porque no le pegue yo, etc. No supe que responder, en mi mente pensaba que si hubiese hecho yo ese gol, habría sido mi sueño concretado y un logro personal, para el público habría sido un gol más, de un desconocido en un partido amistoso sin relevancia, en cambio si él lo hacía se habría llevado más celebraciones, porque un emblema o jugador más antiguo habría marcado el gol, uno de los jugadores importantes que ha tenido el club.
Pensaba que tal vez él tenía en la galería alguien que celebrara con él, algún familiar, sus amigos, en cambio yo estaba solo. En ese segundo a mi mente llegaron todos esos pensamientos. Ahora me arrepiento de no haberle pegado.
El partido termino 3 a 3, nos empataron… Nos fuimos frustrados, ese camino al camarín fue tortuoso, nunca había sentido tantas malas vibras de mi propio equipo, descargadas en mí, al llegar a cambiarnos ropa, hablar y todo lo que conlleva el culmino de un partido. No recibí más que insultos y malos tratos. Burlas y comentarios mala clase.
Eso me mato, yo los entiendo igual porque quizás por la calentura del partido, el hecho de que yo ingrese en el segundo tiempo por otro jugador que era titular y lo sacaron, cuando iban ganando. Él quería seguir jugando, salió enojado y ni siquiera me dio la mano.
Desde un principio entre con la mala vibra de los “compañeros”, el ver a un aparecido, yo solo quería jugar. Por eso se dice “jugar futbol”, era un amistoso además. Yo quería demostrarme y demostrar que podía aportar en el club más allá de andar haciendo rifas, de estar juntando fondos, de querer lo mejor para ellos, de vivir en el mismo sector.
Y quizás si, era malo. Pero había muchos que no vibraban con la misma intensidad que yo, de cantar en el tablón aunque éramos pocos, de quedar afónico alentando, de que no me importaba si al otro día había que disertar, o hablar en público. Solo me importaba estar ahí apoyando.
Como dije entiendo la calentura en el momento, pero después ninguno se acercó a pedir disculpas. Ni a decir, perdona fue por el momento, pero si quieres yo te enseño a marcar, a correr tras un balón, a mantener tu posición. Ningún hincha del club, aquellos que me insultaban desde afuera me dijo nada. Tal vez fue como un par, pero de los que yo esperaba, ya que eran amigos o compartía con ellos, pero no esas personas que te criticaban sin conocerte. Que no veían mas allá, que solo te conocieron en aquellos partido jugando.
En ese momento y después de eso, murió mi sueño de jugar futbol.
Quizás la idea de mi madre que me decía que los que jugaban futbol, se acrecentó. Ya no tuve la percepción de antes, me di cuenta de que si eran agresivos, impulsivos, que el futbol lo usaban para botar su Stress, su enojo, su odio. Y desde ahí empecé a tomar y fumar más.
Ya no quise ver un partido desde dentro, si no que prefería verlos desde fuera. Seguía alentando, no con la misma pasión de antes, me comencé alejar.
Ya veía que nunca pertenecí a “la familia”, ya que para mí una familia es apoyarte en las buenas y malas.
En ese entonces había dejado el tenis, mi gran deporte predilecto, hoy lo he vuelto a practicar. En este deporte encontré que me hiciera correr y exigirme al máximo, un deporte que depende 100% de mi persona. Donde tengo un contrincante al frente y mi única misión es ganarle. O gana el o gano yo. No hay punto intermedio. No hay empate.
Un deporte exigente, que si no hay ganador al pasar unas horas, se continúa jugando al otro día y al otro día si prosigue sin definirse. Hasta que solo un ganador se alza. Donde juegas casi todos los días, no es como el futbol que en el ámbito profesional, juegan dos veces por semana, muchos casos solo los días sábado o domingo. En el tenis, juegas cuando te toque, depende del torneo, dependes solo de ti mismo. Viajas y entrenas solo.
Jugar 2, 3,4 horas, corriendo de un lado hacia otro. Depender de sí mismo, que maravilloso. Pero se hace muy difícil ser profesional o siquiera aspirar a serlo en este país, sin recursos y pobre. Debí entrenarme en la soledad, jugando contra la pared, corriendo por las calles, aprendiendo a sacar, a lanzar la pelota al aire, en un entorno donde eras uno de los pocos que jugaba tenis, mientras tus amigos corrían tras la pelota de futbol u otros deportes.
Me di cuenta que lo hice como una especie de liberación para olvidar lo del futbol. Un deporte que me ha traído las mayores alegrías y he conocido personas maravillosas.
Ahora me doy cuenta que si quisiera jugar futbol ahora a mis 23 años, tengo el físico que siempre quise, corro como un joven, ya domino el balón, tengo técnica, le pego bien a la pelota, aprendí a marcar, aprendí de posiciones y un sinfín de cualidades que el tiempo me enseño.
Ahora entrenamos de vez en cuando, pero no es igual, aún está palpitando en mí el querer jugar. Pienso que si hubiese seguido jugando, o hubiese recibido una felicitación, otra seria la historia. Seguiría representando al club que estimo.
Como ven una simple idea implantada en la mente de un niño o persona, puede ser tu cielo o tu infierno.
Acá saltamos a lo positivo, la idea que me implante hace unos 3 o 4 años atrás, la ferviente idea de ser millonario. La idea de ser exitoso. Y lo estoy logrando, quizás sin grandes cambios aun, pero muchos que yo he notado y son los que me tienen feliz. No hablo de tan solo ser millonario en dinero, sino que rico en vida, rico en salud, en relaciones personales, rico en amigos, en finanzas, rico en tener familia, rico en vivir. Y me doy cuenta de que yo he hecho muchas cosas, que a pesar que ahora me intentar de implantar ideas de decirme “tú eres pobre, un vago, trabaja, eres un flojo, etc.” Yo ya no permito que los comentarios de los demás me dañen.
Yo solo dejo fluir… Ya que pongo en la balanza si yo no hubiese escuchado antes tantas ideas erróneas que creí y solo me hicieron daño, ahora puedo elegir en que creer y que aceptar para mi propia mente.
No me dejo llevar por lo que diga el resto. Ahora fluyo en mi vida, dejo que mi espíritu sea, me he dado cuenta que antes cuantificaba con cuantas personas hablaría. Ejemplo: yo hablo con 100 personas, de esas a 50 le interesa lo que propongo, de esas 50 solo 25 querrán que les explique mi idea u negocio, de aquellas 25 solo 12 personas se interesaran de saber más de mí, me investigaran. A solo 6 le parecerá interesante, a las otras 6 seguiré siendo un don nadie y de las 6 solo 3 me pedirán ayuda de verdad y querrán hacerlo.
Y con esas 3 personas les dejaría una huella. Y así fue, pasaron por mi vida, muchas personas conocidos, contactos en Facebook, amigos, familia, etc. Pero cada semana me enfocaba en conocer a 3 personas cara a cara y hablar con ellos. De ahí el lema “Trae a 3, ayuda a esos 3 a conseguir 3 más”, comencé a aplicar la red de contactos en mi vida.
Se volvió en una filosofía de vida, cambiando la percepción de solo 3 personas y ellas a su vez cada una orientaba a otras 3 y así exponencialmente de una idea, negocio o lo que fuese, creábamos un equipo de trabajo comprometidos con la idea original “Cambiar nuestra zona de confort, o ampliarla, hacer dinero, amistades y contactos para mejorar nuestra vida”.
Ahora con la tecnología, con las redes sociales, con los teléfonos, computadores, etc. Me doy el lujo de escribir, de hacer textos como este, de crear imágenes, de hacer vídeos, de buscar información y ponerla a conocimiento del público. Para así no tan solo estar impactando en 100 personas o menos, si no que impactar en más de 5000 personas como lo he estado analizando a través de los gráficos de las diferentes plataformas que formo parte para darme a conocer.
Y siendo un don nadie… Ahora las personas que quieran saber más de mí y porque hago todo esto, ahora van a poder googlear mi nombre y en las búsquedas principales salen solo artículos creados por mí, páginas web, blog, perfil de Facebook, imágenes, etc. Al menos para google Eduardo Urbina Arredondo es alguien digno de destacar.
Es maravilloso esto, a veces hago la comparativa con otras personas googleando sus nombres y salen tipos de otros países o mujeres. En cambio con mi nombre sale en su mayor parte artículos de mi autoría. Y son metas personales que me tienen feliz, me tienen contento y motivado a seguir así.
De que es extenuante lo es, ahora me he pasado cerca de 30 minutos hablando a través del audio, pero no hay nada más maravilloso que fluir, que dejarse llevar por el ser y lo que quiere transmitir. Tal vez este texto quede escrito de aquí a un par de meses, o aún más. Pero hoy 28 de agosto del año 2017, estoy dejando testimonio de esto.
Para que nos demos cuenta que los verdaderos virus, son los que creemos que son reales en nuestra mente, son los que dejamos que ingresen. Si nosotros nos hacemos la idea de que somos mejores, de que somos capaces de lograr lo que queramos. Nada nos parara amigos, nada.
Como dice el lema de NIKE “Imposibilit Nothing” – Nada es imposible.
Todo es posible y si algo lo vemos inalcanzable, es por nuestras capacidades en este momento, en este plano. Pero les aseguro que en otro lugar del mundo hay alguien que está intentando lo mismo que ustedes y lo termina logrando. Y si la tierra se les hace un lugar pequeño, imaginen el vasto universo, cuantos seres allá afuera están logrando lo que ustedes creen imposible.
Si el propio Johnnie Walker, hubiese visto imposible crear un imperio de whisky, no lo habríamos conocido este famoso trago. Si tesla, Thomas Édison, hubiesen creído imposible crear una fuente de energía y conectar aparatos a ella, aun seguiríamos en penumbras. Estos textos nunca hubiesen llegado a sus oídos, a sus ojos…
Todo comienza de algo pequeño. Luego de la luz eléctrica, comenzaron otros visionarios a crear aparatos que se conectaran a la red, personas como tú y yo crearon maquinarias nuevas, instrumentos de salud que permitieron salvar miles de vidas. Se crearon métodos para que aquellas personas que no podrían tener familia, lo hicieran. Quizás ustedes producto de cualquier causalidad luego de la invención de la luz eléctrica, están aquí en la tierra. No existiría Facebook, Tinder, WhatsApp, celulares, nada de aquello.
Con un aparato en sus manos, leyéndome. Pero si a ese primer visionario no se le hubiese ocurrido la idea y a todos los demás que vinieron con sus inventos detrás.
Y les aseguro que estos pioneros, fueron difamados comenzando por su familia, humillados y vistos como locos, pero que maravilloso seria que hubiesen recibido apoyo, ellos y cuantos emprendedores que murieron junto a sus sueños, el mundo sería un lugar mejor.
No más virus mentales, ideas y conceptos que seguimos y llevamos transmitiendo de generación en generación. Ideas quizás erróneas, pero ideas al fin y al cabo.
Ideas que en el momento adecuado se implantan en la mente del otro ser y si él no es fuerte mentalmente y se deja llevar por las sensaciones del momento, se verá “poseído” por esa idea la cual posiblemente distorsione toda su percepción de realidad en su vida.
Edu.
28 - Noviembre - 2017 *Grabado
25-Noviembre-2017 *Escrito
28 – Noviembre – 2017 *Publicado

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